terapia ocupacional

Juegos para desarrollar la autoestima de los niños de 0 a 3 años

Actividad: “los brazos de mama” (edad 0-3 años)

Objetivo: que el niño fortalezca su autoestima a través de las caricias de sus padres o cuidadores.
Materia: cobija, lienzo o rebozo y una almohada.
Descripción:
• Toma al niño en brazos
• Acuéstalo boca arriba y comienza a acariciarle suavemente los hombros, continua con los brazos, hasta llegar a las manos.
• Continúa con las partes laterales de su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, dándole pequeñas palmadas con suavidad.
• Boca abajo, acaricia su espalda con los dedos, suave y lentamente, desde el cuello hasta la cintura.
• Pon una almohada bajo su pecho, a la altura de las axilas, apoyando sobre sus bracitos y observa como el pequeño levanta la cabeza al sentir tus dedos acariciándole suavemente su espalda.
• Colócalo boca arriba y tómalo de sus manitas para alzarlo.
• Cuando el niño haya logrado levantarse, abrázalo y dile su nombre acompañándolo con un estimulo, por ejemplo: “muy bien, lo hiciste muy bien”.

Recuerda: demostrarle afecto a tus hijos en todo momento favorece una buena relación y un mejor aprendizaje. Es importante que le hables con palabras afectuosas que fortalezcan su autoestima durante toda la actividad, por ejemplo: “eres importante”, “que bonitos ojos tienes”, “eres mi encanto”.

 

Actividad: “los brazos de mama” (edad 0-3 años)

Objetivo: que el niño fortalezca su autoestima a través de las caricias de sus padres o cuidadores.
Materia: cobija, lienzo o rebozo y una almohada.
Descripción:
• Toma al niño en brazos
• Acuéstalo boca arriba y comienza a acariciarle suavemente los hombros, continua con los brazos, hasta llegar a las manos.
• Continúa con las partes laterales de su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, dándole pequeñas palmadas con suavidad.
• Boca abajo, acaricia su espalda con los dedos, suave y lentamente, desde el cuello hasta la cintura.
• Pon una almohada bajo su pecho, a la altura de las axilas, apoyando sobre sus bracitos y observa como el pequeño levanta la cabeza al sentir tus dedos acariciándole suavemente su espalda.
• Colócalo boca arriba y tómalo de sus manitas para alzarlo.
• Cuando el niño haya logrado levantarse, abrázalo y dile su nombre acompañándolo con un estimulo, por ejemplo: “muy bien, lo hiciste muy bien”.

Recuerda: demostrarle afecto a tus hijos en todo momento favorece una buena relación y un mejor aprendizaje. Es importante que le hables con palabras afectuosas que fortalezcan su autoestima durante toda la actividad, por ejemplo: “eres importante”, “que bonitos ojos tienes”, “eres mi encanto”.

 

Fuente: https://estimulaciontempranaydesarrollo.wordpress.com/2011/03/07/juegos-...

¿ como controlar una crisis sensorial?

importante: Todas las crisis sensoriales dependen del niño/a que la sufra, del momento y la situación especifica.

 

 

En mi experiencia existe una fase previa muy breve a la crisis sensorial donde el nivel de ansiedad aumenta y el niño muestra los primeros indicadores. En ese primer momento, yo recomiendo la distracción, tanto con juguetes que les guste, luces, comida o cualquier objeto (tiene que ser visual) que sepamos que le gusta al niño.

 

Durante la crisis sensorial, recomiendo mantenernos en la misma habitación que el niño por su seguridad y hablar lo menos posible (recomiendo frases como entiendo como te sientestodo va a ir bien...). En mi experiencia, los niños suelen lanzar todo lo que encuentren de por medio, yo centro su atención en los objetos con comentarios como a ver quien quien es capaz de lanzarlo más lejoswou!, ¿visté como ese salió volando? y poco a poco ir distrayéndolos. Además, trato de llevarlos al suelo literalmente, por ello busco lo primero que encuentre (puzzle, coche de juguete, pelota...) y lo acerco a él por el suelo, me siento al lado y espero a captar su atención. Una vez el niño esta en el suelo al lado nuestra es más probable que se calme y que la crisis finalice. 

      

No debemos gritar o reñir al niño por lo que está haciendo en ese momento, recordemos que está fuera de su control. Una vez finalizada la crisis se puede hablar sobre los daños realizados, aunque en algunas ocasiones el propio niño no sepa que ha pasado. 

 

Sólo intervenir físicamente en el caso de que el niño se lesione a si mismo o este bajo circunstancias de peligro real. Si la crisis sensorial sucede en la calle, intenta llevarte al menor a un espacio más tranquilo, con menos gente y alejado de los coches. Si estás en alguna tienda, llévate a algún rincón donde estéis a solas, con menos ruidos e información visual que procesar, tápale con un abrigo si es necesario (a algunos niños es gusta taparse porque creen que así no los ves), si ves que no se calma busca otras opciones como llevártelo a un parque y permitirle que corra y lance palos al vacío (es otro modo de desahogarse). Siempre siempre hay que buscar la opción más adecuada para el menor puesto que él en esa situación no te lo va a poder decir. Recomiendo si es necesario registrar las crisis sensoriales con los antecedentes (triggers) y con el modo de intervención para así saber lo que falla y lo que funciona con el menor. No siempre funcionará la misma estrategia pero el patrón puede servirnos de mucha ayuda.

 

La crisis envuelve un estado emocional y físico muy importante, por lo que debemos ser muy cautos con lo que decimos y hacemos durante las horas posteriores a la misma.

          

Es muy díficil ver a un niño sufrir una crisis sensorial, pero recordemos que es una situación aterradora para el que la sufre, por ello debemos mantener la calma siempre.

 

 

fuente: https://www.autismo-pda.com/sensibilidad-sensorial/c%C3%B3mo-controlar-u...

 

 

Haga manualidades con sus hijos en vacaciones

Las manualidades ayudan al desarrollo cognitivo y motriz de los niños y a la comunicación familiar.

“Las manualidades son el mejor medio para estimular la motricidad fina, el lenguaje y el pensamiento”, explica Nina Millán, terapeuta ocupacional y consultora escolar en jardines y colegios de Bogotá. Por eso, si anda en búsqueda de planes para sus hijos en estos puentes festivos o días de vacaciones, no dude en incluirlas en sus itinerarios, pues sus beneficios son para toda la vida.

En la parte motora, se forja “fuerza, coordinación, control, disociación, tolerancia y discriminación en las manos; así mismo, en brazos y control postural en el tronco”, como explica Millán.

Y en la parte cognitiva también es efectiva: “Principalmente se desarrolla un sentido de logro con algo tangible, pues cosas como ‘pasar el año’ o sacar buenas notas no lo son tanto –dice Ana María Cardona, directora de la especialización en Psicología Educativa de la Universidad de La Sabana–. Por lo tanto, su autoestima también está involucrada, aprende a valorar el trabajo, el tiempo, lo artesanal, el autoconcepto y a materializar conceptos, palabras”.

En este proceso, el niño conocerá diversos materiales que seguramente ayudarán a explotar su imaginación y creatividad, como coinciden expertos. “Hay niños que llegan con miedo a las texturas, pero luego de un rato, mostrándoles paso a paso, tienen un derroche de creatividad increíble”, cuenta María Paula López, directora comercial del taller de manualidades Create & Mind.

Estimula la unión familiar

Compartir estos momentos con sus pequeños también es muy provechoso para su bienestar; no solo será una forma de mostrar su afecto y estimular la comunicación con ellos, sino que así tendrán un logro familiar, en conjunto. “Sacando tiempo y paciencia, es un espacio perfecto para resolver inquietudes, asesorarlos, mostrarles sinceridad frente a sus creaciones –con mucho amor, claro–, tener un trabajo en equipo y demostrarles que los papás no se las saben todas”, agrega Cardona.

Letra en 3D para el cuarto

1. Busque su letra

Elabore su letra en papel maché o cartón (de unos 30 cm de alto por 25 cm de ancho y 5 cm de grosor); diagrame la forma sobre papel cartulina estampada y recorte con unas tijeras o bisturí.

2. Pegue el papel

Una vez recortada la forma de la letra en la cartulina (se consigue en cuadernillos con diferentes estampados) aplique colbón en los bordes de las caras de la letra para pegarlas.

3. Pinte y recubra

En los bordes que dejan mostrando el papel maché o cartón, pinte con un acrílico metalizado. Luego revuelva en un recipiente un poco de agua y colbón de laminación y aplique con la ayuda de un pincel sobre los lados de cartulina para darles brillo.

4. Deje secar y decore

Tras dejar brillante las superficies y metalizados los costados, puede agregar algunos apliques dependiendo del gusto de su hijo o hija. Escarchas, cintillas, botones, adhesivos o tachuelas, entre otros detalles del ‘scrapbooking’ (álbum de decoración). Ahí es donde hay que dejar volar la imaginación. Pueden hacerse las letras que se quieran.

Sellos de fomi para tela

1. Dibuje el diseño y recorte

Plasme el motivo con un lápiz sobre una lámina de fomi y recórtela con la ayuda de unas tijeras o un bisturí. Aquí, unos peces y unas rodajas de limón. El secreto del diseño está en los contornos.

2. Pegue en madera

Con la ayuda de pegante multiusos, fije la forma de fomi en bloques de madera para darles un agarre. Deje secar para que no se caiga o se combine con la pintura.

3. Aplíquele pintura

Use un pincel mediano para pasar pintura de tela al diseño. La mayoría de estas pueden mezclarse para generar otros colores o tonos más claros.

4. Estampe y planche

Tras presionar las figuras sobre la tela, deje secar por completo. Coloque un paño limpio encima y plánchelo según las instrucciones del fabricante de la pintura.

Fuente: 
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12838150

Ventajas, desventajas de la terapia ocupacional

¿Cuáles son los beneficios de la terapia ocupacional?

El principal beneficio de la terapia ocupacional es dominar habilidades que ayudan a los niños a desarrollarse, recuperarse o mantener habilidades de la vida cotidiana. La meta de un terapeuta ocupacional es ayudar a los individuos a tener vidas independientes, productivas y satisfactorias.

Existen beneficios concretos de la terapia ocupacional: aquellos en los que es sencillo medir el progreso, como mejorar las habilidades del niño/a para lograr independencia para alimentarse, bañarse, vestirse y otras actividades de cuidado personal. Los beneficios menos obvios de la terapia ocupacional pueden incluir:

·         Crear intervenciones para ayudar a un niño/a a responder en forma adecuada a información que le llega a través de los sentidos. La intervención puede incluir actividades del desarrollo,                integración sensorial o procesamiento sensorial y actividades lúdicas.

·         Facilitar actividades lúdicas que eduquen además de ayudar al niño/a a interactuar y comunicarse con los demás.

·         Identificar, desarrollar o adaptar la participación en actividades significativas que mejoren la calidad de vida del niño/a.

·         Reducir barreras ambientales que limitan la participación del niño/a en las actividades familiares, comunitarias y instructivas.

·         Identificar dispositivos tecnológicos de apoyo necesarios.

·         Preparar a la familia y al niño/a para cambios en roles y rutinas.

·         Educar a la familia y al personal escolar sobre las diversas necesidades del niño/a.

·         Mejorar el desarrollo de habilidades sociales y actividades recreativas en el ambiente escolar.

·         Ayudar con la movilidad en la escuela mediante la recomendación de adaptaciones, acomodaciones y equipo.

El objetivo es hacer que su hijo/a sea tan funcional e independiente como le sea posible.

¿Cuál es el éxito esperado de la terapia ocupacional?

Los terapeutas ocupacionales fijan los resultados deseados y determinan los servicios, apoyos y modificaciones o adaptaciones necesarios para alcanzar dichos resultados. Ellos diseñan intervenciones que promueven el desarrollo saludable y establecen las habilidades necesarias. Mediante la comprensión del impacto de la discapacidad, enfermedad y deficiencia en la manera en que el niño/a se desarrolla, juega y aprende nuevas habilidades, los terapeutas ocupacionales mejoran la capacidad del niño/a de participar en la vida cotidiana.

El éxito esperado del tratamiento es ayudar a los niños a aprender a ser lo más independientes que puedan. Esto puede variar desde mejorar las capacidades físicas para que el niño/a participe del cuidado personal, hasta preparar al niño/a para que pueda realizar actividades relacionadas con la vida escolar. Como cada niño/a es único, las metas y resultados del plan de terapia ocupacional serán específicos de ese niño/a y de sus necesidades.

Esto significa que la terapia continúa hasta que el niño/a adquiera las habilidades necesarias. Aun que domina las habilidades en un área, por ejemplo, el cuidado personal, la terapia se enfocará en otras habilidades necesarias para ser funcional en la comunidad. Nuevamente, la naturaleza de la terapia depende de la discapacidad de su hijo/a, cuán rápido aprenda nuevas habilidades y las metas de la familia.

¿Cuáles son los inconvenientes de la terapia ocupacional?

Parecería que no hay inconvenientes o desventajas de la terapia ocupacional, pero en realidad existen problemas de naturaleza práctica que se deben considerar. Estos incluyen el compromiso de tiempo al programa, la disponibilidad de servicios, el impacto de la terapia sobre otros miembros de la familia y el costo que implica la atención continua.

Al desarrollar un programa de terapia ocupacional para su hijo/a, es importante desarrollar un conjunto de expectativas realistas con el terapeuta. Estas expectativas pueden revisarse de vez en cuando a medida que el niño/a progresa. Usted será capaz de determinar el impacto que el programa terapéutico tiene sobre la calidad de vida de su hijo/a y su familia sólo mediante evaluaciones periódicas.

Fuente: 
http://www.mychildwithoutlimits.org/plan/common-treatments-and-therapies/occupational-therapy/benefits-outcomes-and-drawbacks-of-occupational-therapy/?lang=es

Estimula las habilidades motoras finas de tu niño (1 a 3 años)

Cuando se trata de usar sus habilidades motoras gruesas (para caminar, saltar y correr) seguro que tu hijo no necesita que lo alienten mucho.

Pero es igual de importante que trabaje en mejorar sus habilidades motoras finas, que son los movimientos pequeños del pulgar, los dedos, las manos e incluso las muñecas (porque éstas ayudan a desarrollar muchas otras habilidades vitales, tanto mentales como físicas).

"Apilar bloques, por ejemplo, involucra no sólo recoger los bloques, sino también saber qué hacer con ellos y planear la acción", afirma Gay Girolami, fisioterapeuta y directora ejecutiva de la fundación Pathways Awareness Foundation, una organización sin fines de lucro dedicada al desarrollo físico en la ciudad de Chicago. 

¿Cómo puedes ayudar a tu hijo a mejorar sus habilidades motoras finas? Como bien sabe cualquier mamá o papá que haya escuchado a su nene decir: "¡Yo!", los niños pequeños están deseando probar cosas nuevas. 

Por supuesto, tu hijo no podrá hacer todo lo que quiere de inmediato, pero con apoyo, estímulo y mucho tiempo para aprender, podría sorprenderte. Así que déjalo hacer tareas sencillas, como vestirse (puede empezar a pasar botones grandes por ojales) y hacer el desayuno (dale una espátula, una rebanada de pan tostado y un tarro de mermelada y deja que la unte). 

Recuerda también que la variedad hace la vida más interesante, así que cambia las cosas de vez en cuando. Las siguientes actividades, por ejemplo, ayudarán a tu hijo a reforzar sus habilidades motoras finas y le ayudarán a fomentar algunas nuevas. 


Llenar y vaciar


Como ha dejado muy claro la estela de “destrucción” que deja a su paso a diario, vaciar un recipiente requiere mucha menos precisión que llenarlo. Ésta es una de las primeras proezas motoras que dominará tu hijo y, cuando lo haga, es probable que lo repita una y otra vez.


Aunque sea exasperante a la hora de limpiar, vaciar es un importante ejercicio cognitivo: tu niño está empezando a darse cuenta de que un objeto, como un cubo, puede contener otro objeto u objetos, como tierra o arena. Una vez que se dé cuenta de esto, se deleitará al notar que el cubo también se puede vaciar. 

Prepárate para esta etapa, estableciendo áreas para jugar y ofreciendo actividades que tu pequeño pueda realizar fácilmente. Sacar bloques de madera de una caja grande, juguetes de un baúl y piezas resistentes de un rompecabezas lo mantendrá ocupado y podría distraerlo de actividades menos aceptables, como vaciar una bolsa de comida para gatos en el piso.

Una vez que domine el paso de “sacar”, es hora de aprender a “meter”. Algunas de estas tareas pueden realizarse en el orden inverso (aunque tal vez no puedas generar mucho entusiasmo respecto a guardar juguetes) y eso flexionará los “músculos” mentales y visuales de tu hijo, al igual que sus habilidades motoras finas. 

Anímalo después a probar una actividad que presente un reto mayor, como meter cereal en forma de “O” en un recipiente con un cuello ligeramente angosto, o dale un juguete para colocar diferentes formas geométricas en el agujero correspondiente. 


Vestirse y desvestirse

 

Hace diez minutos vestiste a tu hijo con su mejor ropa de domingo. Ahora que estás lista para salir, ¡está totalmente desnudo otra vez! Ponerse y quitarse la ropa y los zapatos es algo que deleita a los niños de entre 1 y 3 años. 

Pero tu hijo no lo hace para agotar tu paciencia. Y vestirse y desvestirse, o vestir y desvestir a un muñeco, le proporciona numerosas oportunidades para practicar la coordinación de sus dedos y sus manos. 

Ayuda a tu hijo creando tantas oportunidades como sea posible de actividades que pueda realizar con éxito. La ropa para muñecas es demasiado complicada para él, pero podría ponerles capas o ponchos grandes a sus ositos de peluche (podrías cortar las capas y los ponchos de un trozo de fieltro).

 
Las pizarras de fieltro con figuras de personas y diferentes prendas de vestir también son perfectas, ya que permiten que los niños pequeños expresen su sentido de la moda (y su habilidad para separar diferentes prendas y colores) sin ser un reto demasiado grande. 

Las calcomanías que pueden usarse una y otra vez también podrían fascinarle, aunque las que son demasiado diminutas son difíciles de manejar para dedos pequeñitos

Si a tu hijo le encanta vestirse, proporciónale una caja llena de ropa y disfraces que pueda ponerse fácilmente: el abrigo y los zapatos viejos de papá o mamá, tus bufandas viejas y muchos sombreros. 

Cuando se trata de vestirse por la mañana, lo mejor y lo más fácil para tu pequeño a esta edad son los pantalones con cintura elástica, las camisetas que no hay que abotonar y los zapatos que se cierran con Velcro. Asegúrate de presentarle retos nuevos (un solo botón grande o un broche o botón de presión grande) sólo de uno en uno para no abrumarlo.


Dibujar y garabatear

Entre los 12 y 18 meses de edad, tu hijo probablemente intentará "escribir" haciendo marcas en el papel, y en algún momento entre los 18 y los 24 meses, te sorprenderá trazando líneas verticales y horizontales y puede que hasta un círculo. 

Aplaude estos logros tempranos y alentarás toda una nueva serie de habilidades. Dibujar con una cera requiere habilidades motoras finas como agarrar, por ejemplo, y además mejora el sentido visual de tu hijo y estimula su imaginación. 

Dale a tu pequeño artista grandes hojas de papel grueso y pégalas a la mesa con cinta adhesiva. Su creatividad se verá inhibida por los gritos de mamá si el dibujo llega hasta el mantel o si se rompe el papel y mancha lo que hay debajo. 

Las ceras gruesas y lavables en unos pocos colores primarios (para no abrumar) son una buena opción. Si tu hijo no está interesado, ofrécele otras alternativas: tizas para usar afuera, en el suelo de cemento de la entrada del patio, o papel sujeto a un caballete. 

Y no te olvides de dejarle pintar con los dedos. Aunque aprender a sujetar y manipular un objeto es importante, pintar con los dedos hace trabajar también las habilidades motoras finas y la creatividad de tu hijo. Si se cansa de las pinturas, prueba a imprimir marcas. Sus manitas y pies mojadas en pintura lavable y marcadas en un papel pueden crear un original papel para envolver regalos.

O aprovéchate de su interés en la naturaleza, y dale un pincel para poner pintura en hojas, bellotas, o pétalos de flores para usarlos como sellos fabricados en casa. Si eres valiente, déjale que pinte con yogur; así podrá ejercer sus habilidades motoras, ¡y luego divertirse chupándose los dedos! 


Apilar, separar y ensartar


Desde colocar cuidadosamente un bloque de madera encima de otro hasta ensartar aros de colores en un palo de plástico, apilar (y derribar, por supuesto) es una de las actividades favoritas de los niños de 1 a 3 años. 

También es una forma fantástica de que tu hijo use sus deditos cada vez más hábiles y mejore sus habilidades de separar y construir. 

Para hacer estas actividades arquitectónicas más intrigantes, deja que tu hijo experimente con bloques de diferentes tamaños, formas y colores, y ofrécele una amplia variedad de otros materiales para construir y manipular. 

Aunque todavía no está listo para los juegos con letras y números, tu pequeño de entre 1 y 3 años puede separar letras magnéticas, de las que se ponen en el refrigerador, por colores y tamaños. 

O enséñale cómo ensartar cuentas de plástico unas con otras. Cuando lo haga bien, ofrécele una agujeta gruesa y un trozo de fieltro con agujeros, o un cordel resistente y varias cuentas grandes de madera: pronto estará haciendo joyas comestibles (la pasta de colores que se puede ensartar o unos aros de fruta son perfectos para esto). 


Picar y pellizcar


A los niños de entre 1 y 3 años les encanta experimentar las cosas con sus sentidos: les fascina oler, saborear y tocar. Si le das a tu hijo materiales de tacto agradable y divertido para mantener sus manitas ocupadas, se divertirá mucho desarrollando su fuerza y agilidad. 

El barro para modelar invita al movimiento de las manos y de los dedos cuando tu hijo aplana, pica y moldea el material a su gusto. Unas cuantas herramientas sencillas, como un rodillo ligero y unos moldes de plástico para cortar galletas prolongan más esta actividad. 

Si tu pequeño parece renuente, prueba unos cuantos productos diferentes. Tal vez no le guste el olor de uno o la textura de otro. Y mientras más suave sea la masa de colores para jugar o la plastilina, más fácil es para las manos pequeñas moldearla. 

La masa de verdad, comestible, es por supuesto una delicia, así que cuando vayas a hornear algo dále un poco de masa para que haga su propio “pastel” y hornéalo con el tuyo (si no tienes muchas oportunidades para hornear, busca masa congelada en el supermercado). 

Por último, no olvides la masa que se hace con partes iguales de goma blanca (pegamento) y agua, que puede colorearse con tintura para alimentos. A los niños les encanta apretarla entre sus deditos y jugar con ella. 

Afuera (o en el sótano, si tienes uno grande), una cocinita para hacer pasteles de lodo o una zona para hacer castillos de arena crea oportunidades para usar esas mismas habilidades. 

Al moldear tu hijo una torre y colocar encima una pluma con mucho cuidado, no se dará cuenta de que está mejorando sus habilidades motoras finas, ¡pero tú sí! 


 

Fuente: 
http://espanol.babycenter.com/a8003151/estimula-las-habilidades-motoras-finas-de-tu-ni%C3%B1o-1-a-3-a%C3%B1os

Terapia Ocupacional en el adulto mayor: el valor de lo cotidiano

El concepto de envejecimiento activo, según la OMS, se refiere al proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. Permitir desplegar el potencial de bienestar físico, social y mental a lo largo de todo el ciclo vital y participar en la sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y capacidades, mientras se les proporciona protección, seguridad y cuidado adecuados cuando necesitan asistencia.

 

Esta concepción es más amplia que la de envejecimiento saludable y tiene relación con la planificación basada en la persona y el desarrollo de la autodeterminación. Como se vive y se significa la vejez. Sí este período de vida se transita desde la pérdida, la nostalgia, la patología o si se vive desde las vivencias, la reminiscencia y las oportunidades presentes.

 

Desde el envejecimiento activo se busca:

 

1. Compensar la pérdidas con ganacias, descubrir que hay posibilidades según sus destrezas.

2. Desencadenar la aparición del recuerdo reminiscente en lugar de vivir en la nostalgia.

3. Construir redes sociales de sostén: participación en deberes y derechos sociales y cívicos.

4. Generar conductas responsables hacia el cuidado de la propia salud.

5. Desencadenar relaciones intergeneracionales que permitan transmitir su vivencia y no estancarse.

 

Muchas son las disciplinas que intervienen en la difusión del envejecimiento activo, a mi criterio, desde la Terapia Ocupacional se interviene a través de técnicas que posibilitan desarrollar conductas saludables potencializando las funciones presentes en los adultos mayores, como ser: preparación para la jubiliación, sostener y garantizar la autodeterminación y brindar herramientas para el autocuidado de la salud, entre numerosos abordajes que se realizan para que los adultos mayores transiten un envejecimiento activo.

 

Maria Jimena Garriga - Lic. Terapia Ocupacional

Fuente: 
http://www.vejezyvida.com/envejecimiento-activo-y-terapia-ocupacional/

¿Son útiles o no las terapias ocupacionales y cómo saber si su hijo las necesita?

“¡A mi hijo lo mandaron a terapia!”. Para muchos padres, esta frase podría sonar a drama o a señal de problemas serios en el niño. Esto no siempre es cierto. Las terapias ocupacional y de lenguaje son las más necesitadas por los niños. ¿Qué son y para qué sirven?
Terapia ocupacional en los niños
“Es la encargada de velar por el bienestar del menor, de su ocupación y relación con el medio ambiente. Sirve para favorecer el desempeño en el colegio, a la hora de jugar, su autocuidado e interacción con los demás”, afirma la terapeuta ocupacional Maritza Ferro. Ella explica que la terapia ocupacional trabaja en prevención, promoción y rehabilitación, desde las características y situación de los niños, quienes tienen como ocupación principal jugar y seguir siendo niños.
Quiénes asisten a la terapia
Niños con problemas en el desarrollo psicomotor, es decir: motricidad gruesa (correr, saltar, jugar) o fina (escribir, colorear, recortar); hiperactivos, con dificultades de aprendizaje o atencionales: no les gusta permanecer sentados, seguir instrucciones, respetar al otro e, incluso, no comer las onces, cepillar los dientes ni tolerar la marquilla de la ropa (texturas).
Según Álvaro Izquierdo, neuropediatra, a nivel cerebral existen dos factores por las cuales el niño debe ser remitido a terapia ocupacional: uno, falta de estimulación o de maduración; dos, trastornos genéticamente determinados como dispasia (anormalidad en el aspecto de
las células). También en caso de factores de riesgo como nacimiento antes de tiempo, desnutrición, meningitis, bajo peso, falta de estimulación o maduración de las células del cerebro.
El neurólogo pediatra también interviene en la remisión al terapeuta ocupacional. “Sin embargo, no existen exámenes para determinarlo; es más una apreciación clínica, es decir, si un niño de ocho meses aún no se sienta o uno de un año, no coge granito, necesita terapia ocupacional”, afirma Izquierdo.
Quién identifica si debe ir o no a terapia
Germán Silva, pediatra egresado de Universidad El Bosque, asegura que la decisión de si el niño debe o no ir a terapia se debe tomar en conjunto, según el reporte del colegio (maestros y psicólogos), de
la familia y, por supuesto, del pediatra. No siempre se requieren exámenes médicos específicos para hacer la remisión a la EPS.
Para verificar si el niño requiere o no la terapia, neuropsicólogos y neurólogos podrán entregar un diagnóstico final.
También se les hacen a los niños pruebas como Taca-taca, desarrollo de habilidades sensomotoras (pintura y desarrollo sensorial), sociales y de interacción, de autocuidado, control de esfínteres, tiempo libre y relación con su entorno, que las aplican las terapeutas.
¿Qué pasa en el cuerpo del niño?
Según la doctora Tobón, “a nivel físico, algunos de estos niños tienen mayor dificultad con el procesamiento de la información, en el cerebro tienen un patrón de madurez más despacioso para aprender ciertas cosas. Otra de las explicaciones es que no tienen un buen desarrollo de la habilidad con el sistema propioceptivo (posición de los músculos) y vestibular (relacionado con el equilibrio y el control espacial). También está asociado el bajo tono muscular. Todos los seres humanos nacemos con esa tensión normal del músculo para hacer las cosas; sin embargo, algunos de nosotros necesitamos hacer más ejercicio y más esfuerzo para mejorar la tensión del músculo. Es lo que se conoce como bajo tono muscular. Quienes lo padecen deben hacer un gran esfuerzo para hacer las cosas y se cansan fácilmente, se distraen, les pesan las cosas, no empujan, no halan. No varía acorde a la edad.
Cómo darse cuenta de que su hijo la necesita
Martha Tobón, terapeuta ocupacional y miembro del Colegio Colombiano de Terapia ocupacional, dice que algunos de los ítems que podrían servir de indicador a los padres son:
• En el caso de los bebés, su proceso de desarrollo puede ser más lento comparado con otros niños de su edad:  no se sientan, miran fijamente a los ojos, lloran incesantemente, no se calman ni siquiera alzándolos y no les gusta coger objetos con las manos.
• En edad escolar: tienen dificultad al coger el lápiz, al hacer trabajos manuales o con las tareas de memoria. No recuerdan qué ni cómo hizo las cosas. No le gusta jugar ni compartir con sus compañeros.
¿Por qué la moda?
La doctora Rodríguez asegura que actualmente se vive una moda por ir a terapia, conocida como “terapitis”, para que el niño sea más aventajado que los demás. En realidad, según varios especialistas, no todos los niños las necesitan, solo aquellos que pueden ir "colgados" en su desarrollo. Algunos expertos sostienen que, desafortunadamente, en ciertos colegios abusan del tema y remiten a niños que no la requieren o con los cuales las instituciones tienen problemas de manejo.
Sirve o no
“Sí sirve cuando el niño la necesita.   El niño y su familia tienen derecho a saber qué profesional lo está atendiendo, qué hace, cómo puede ayudar al niño y cómo va a ser el trabajo con las personas que conforman su entorno. Se deben establecer objetivos  y prioridades”, afirma la doctora Ferro. Padres, maestros y cuidadores perciben resultados de la terapia si el infante actúa menos estresado, trabaja mejor en los cuadernos y desarrolla mayor gusto por las actividades escolares. La terapia no solo es asistir a las sesiones, sino seguir paso a paso el plan de trabajo del terapeuta ocupacional. Es deber de los padres y cuidadores reforzar las actividades sugeridas en casa para alcanzar los resultados esperados.
Qué se hace en la terapia
El niño inicialmente desarrolla actividades de motricidad gruesa y fina, y ejercicios de interacción con el otro, si es necesario. Un buen sitio para la terapia suele tener columpios, aparatos para balancearse y para estar suspendido a determinada altura del piso, rodaderos, colchonetas, pelotas y juegos de encajes. Dentro de ella se trabaja:
• Integración sensorial: enfoque para promover la maduración del niño. Se estimulan retos motores, a fin de mejorar equilibrio, fuerza y estabilidad. Muchos la definen como ‘el policía de tránsito en el cerebro’, encargado de organizar sensaciones, clasificarlas y dar respuesta. Los padres pueden pensar que el niño solo juega, y que este juego, guiado por buenas terapeutas, produce resultados.
• Integración social: se procesa la información del ambiente. Muchos terapeutas no lo trabajan porque consideran que lo más importante es la formación cognitiva y la habilidad manual. Sin embargo, esto también servirá a los terapeutas para solucionar deficiencias en los hábitos de estudio.
Durante los dos primeros años, el pequeño ingresa a consulta acompañado de sus padres. A los 2, lo mejor es motivarlo para entrar solos. Mientras tanto, los adultos pueden permanecer en una sala continua verificando a sus pequeños. La idea no es enseñarles a las malas, sino a través del juego, para promover habilidades y fortalecer el vínculo afectivo con la familia.
¿Cuánto debe durar?
No existe un tiempo exacto, se modifica dependiendo de cada niño. Lo más recomendable en edad preescolar es asistir dos veces por semana a sesiones de 45 minutos a una hora.  El niño puede durar desde seis meses en terapia hasta más.
Si, por el contrario, el trabajo se está desarrollando con bebés (se pueden atender incluso recién nacidos), lo más recomendable es que el tiempo se reduzca a media hora, luego de hacer comido y descansado hora y media.
Terapia de lenguaje
Clara Inés Merchán, fonoaudióloga de la Universidad Nacional y miembro de la Asociación Colombiana de Fonoaudiología (ASOFONO), asegura que la única razón por la que un niño debe ir a terapia es porque la necesita. Para darse cuenta es importante siempre consultar al especialista; sin embargo, existen algunos tips que le pueden dar una idea:
• Antes del año, practique con el niño el balbuceo y el sonido
de ‘ta-ta-tá’. En caso de que el niño no lo haga, puede tener problemas auditivos.
• Después del año, esté atento de las reduplicaciones: ‘te-te’, ‘ma-ma’, ‘pa-pa’. Si se queda en ellas y no comienza a armas oraciones, puede tener dificultades.
• Durante el preescolar, reconocer diferentes conductas donde el niño vaya más lento que sus compañeros y pelee todo el tiempo con sus amigos.
• El niño tiene excesiva inconformidad con los sabores y las texturas.
El papel del maestro
Él es quien inicialmente debe reportar inconvenientes en el habla, lenguaje y comunicación del niño. Es importante aclarar que “un problema de lenguaje es equivalente a un problema de aprendizaje, pues su rendimiento académico no es igual que los demás”.
Diagnóstico y duración
El diagnóstico se hace en conjunto: maestros y familia se trazan objetivos claros. La sesión dura 45 minutos, se requiere refuerzo en casa. Consultan especialmente niños que no pueden pronunciar la ‘r’ y que no distinguen la ‘b’ de la ‘d’.
El buen terapeuta
Debe tener:

• Título profesional.
• Una especialización o maestría que acredite conocimientos relacionados con niños.
• Debe estar aprobado por la asociación acorde a su área.
• Experiencia con niños.
“Cada vez hay más especialistas que, por la necesidad de competir, disminuyen las tarifas. En las EPS, para prestar el servicio, primero determinan si los niños son elegibles para la terapia. No siempre se cuentan con las herramientas para una buena terapia”, asegura la doctora Tobón.
Precios
Algunos colegios tienen convenio con especialistas, y cuestan de 30 a 80 mil pesos por sesión. En el caso de la EPS (pospago), se requiere la orden del pediatra, la primera cita es de valoración. La segunda, varía según la cuota moderadora. La idea es consultar personal idóneo que trabaje en un consultorio aprobado por la Secretaría de Educación. Previamente, se pueden pedir referencias con otros padres

Fuente: 
http://www.abcdelbebe.com/nino/12-24-meses/desarrollo/son-utiles-las-terapias-ocupaciones-y-como-darse-cuenta-si-su-hijo-las-n