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3 cosas a tener en cuenta para aprender a pronunciar la r

Pronunciar la r correctamente es muy importante en general, y más aún si eres locutor, profesor, doblador… También si eres cantante. smile

Ten en cuenta que tienes que transmitir un mensaje y si no puedes utilizar un fonema que está presente en el lenguaje, ese mensaje no va a llegar a su destino.

Las dificultades para pronunciar la r se conocen con el nombre de rotacismo y se pueden deber a muchas causas.

De manera muy resumida, el rotacismo puede ser a causa de un problema físico o funcional, de aprendizaje.

Si es un problema funcional es mucho más fácil corregirlo, puesto que no tiene más misterio que aprender cómo tienes que hacerlo.

Por ejemplo, puede ser que tu idioma materno sea uno en el que la r se use de diferente manera (como el francés, por ejemplo), con lo que será mucho más difícil para ti hacer este sonido correctamente

 

¿Cómo he de pronunciar la r?

En primer lugar, hemos de hablar de la posición de la lengua.

Este sonido se efectúa haciendo pasar el aire entre la lengua y el paladar.

Tienen que estar cerca, pero no demasiado.

Si aprietas la lengua contra el paladar el sonido se para, y si la separas demasiado, la lengua no puede vibrar.

Si te fijas, se parece mucho a cómo han de vibrar las cuerdas vocales entre sí para emitir el sonido de la voz.

Cuando están muy juntas, el sonido se interrumpe, como cuando intentas levantar un objeto muy pesado.

Eso sucede porque estás apretándolas entre sí.

En cambio, si están muy separadas, el sonido se escuchará muy airoso.

Así que las cuerdas vocales tienen que estar juntas, pero no apretadas.

Igual que la lengua y el paladar.

Aunque es más difícil saber si lo estás haciendo bien en el caso de las cuerdas vocales, porque no las puedes ver y es mucho más difícil sentirlas.

Resumiendo, el punto de partida para este sonido es que la punta de la lengua toque ligeramente (recuerda: ¡sin apretar!) el montículo que hay detrás de los dientes (paladar).

El segundo paso es hacer que pase el aire por ese espacio, para conseguir una vibración entre el paladar y la punta de la lengua.

Para hacer que el aire pase por donde quieres, tienes que bloquearle las demás salidas.

Esto lo consigues haciendo que la lengua ocupe todo el ancho de tus dientes superiores (tocar con los laterales de la lengua las muelas superiores).

¡Es como si le pusieras una mantita a tu dentadura superior! surprised

La cantidad de aire que envíes y la presión con que la envíes también es importante.

Yo te aconsejo que vayas de más a menos.

Prueba primero con mucho y ves bajando la intensidad.

Para que te hagas una idea, la cantidad adecuada es la que utilizas cuando dices una t o una d (de hecho la posición de la lengua para pronunciar la r es muy parecida a la de estas consonantes).

Para que se produzca la vibración de la r, el otro elemento indispensable es la relajación de la lengua.

Si está tensa es imposible que pueda vibrar.

Si sabiendo esto aún no consigues pronunciar la r, hay 3 cosas que debes hacer (en orden intercambiable).

#1: Eliminar la tensión en la lengua

Si no consigues relajar la lengua, el sonido se parecerá más a una d que a una r.

No desesperes.

Haz ejercicios para relajar la lengua:

Sacar la lengua y aguantarla con la ayuda de una gasa o un pañuelo.

La puedes dejar quieta o ir moviéndola de un lado al otro.

Lo que sí es necesario es que emitas un sonido y vayas cambiando de tono.

Por ejemplo, puedes imitar una sirena de ambulancia con una m.

Si a través de la gasa o el pañuelo notas que la lengua está rígida, muévela un poco con la mano para que se relaje.

El objetivo es conseguir dejarla “muerta” mientras emites sonido.

Otro buen ejercicio, es pasear la punta de la lengua por la cara interna de todos los dientes (es como relamerte los dientes pero por dentro).

¡Este ejercicio lo puedes hacer en el autobús sin que nadie te mire raro! mrgreen

#2: Acostumbrarte a la posición correcta

La posición de la lengua es la que te comentaba más arriba.

Tocar el paladar con la punta de la lengua pero sin apretar.

Como te comentaba más arriba, la posición más parecida es la de la d o la t.

Así que puedes utilizar estas consonantes para acercarte a la que quieres y acostumbrarte a esa posición.

Si decir tr o dr te sale bien, tienes mucho ganado.

Dí truco, pero muy despacio, alargando al máximo cada letra.

Si consigues alargar la r ya sabrás cómo tiene que ser la sensación correcta.

Ahora di adrede, haciendo lo mismo.

Practica a decir solo tr o dr.

Puede que al principio necesites utilizar siempre estas consonantes como muleta, pero poco a poco podrás ir eliminándolas de la ecuación. wink

#3: Practicar, practicar y practicar

No hay mucho más que esto smile

Teniendo en cuenta todo lo que te he comentado en el artículo tienes un buen punto de partida, pero has de saber que no va a aparecer la r de manera milagrosa después de leértelo.

Para que te salga, tienes que tener paciencia y practicar a diario.

Sin eso, es imposible que te salga.

Después de practicar cada día durante unos meses, ¡verás cómo lo consigues!

¡Ánimo!

 

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Al enseñarle a tu hijo a perder, lo ayudas a crecer

Saber perder es toda una enseñanza fundamental. Por ello, dejar ganar siempre a tu hijo no es una buena idea. De hecho, aunque consideres que sí, seguramente te confundes. Si siempre triunfa, esta costumbre podría llegar a pasarle factura en el futuro. Es más, si dejas que tu hijo siempre gane le estarás quitando oportunidades para crecer.

Perder aporta oportunidades para crecer a los niños

Es natural que los padres tengan cierta tendencia a facilitar las cosas a sus hijos. De hecho, esto no es negativo, siempre y cuando sepamos qué pasará y qué no para que al final esta protección no se convierta en una sobreprotección dañina. Y es que también facilitarles todo puede acarrear consecuencias negativas en su personalidad.

Todos hemos incurrido alguna vez en esto, pero lo cierto es que no es la mejor solución. Muchas veces iniciamos un juego con los niños y fingimos perder para que no se entristezcan o enfaden. Lo dicho, de esta manera están privándose de excelentes oportunidades para crecer.

Cuando ganan, los niños -como todos- sienten una agradable sensación de empoderamiento. Pero esto no siempre es lo más adecuado, ya que al final también les estamos quitando la posibilidad de desarrollar las estrategias psicológicas necesarias para lidiar con la derrota y el fracaso en la vida real. Les estamos privando de experimentar que el disgusto que genera perder no es tan grave.

Una victoria no merecida acarrea efectos negativos

Según un estudio realizado por la Universidad de Virginia con niños de 4 y 5 años, se ha llegado a la conclusión que los chicos a los que se les regala una victoria no merecida acaban teniendo una percepción desproporcionada de sus habilidades que no se ajusta a la realidad, lo cual puede acarrearles más tarde consecuencias desfavorables en el plano psicológico.

Al parecer, si los niños consideran que tienen éxito en una tarea cuando realmente no es así, son menos conscientes de la información que les sirve para seguir mejorando sus habilidades y así seguir aprendiendo sobre aquello que les rodea. Consideran que dicha información no es tan importante, pues ya alguien se encarga de facilitarles el camino. Si ven que siempre alguien les resuelve los problemas, no buscarán cómo solucionarlos por sí mismo y aprender de ello.

La eficacia de la derrota

Los motivos por los que es importante que los niños aprendan a perder son varios:

Por un lado, esto sirve para proteger su autoestima y reforzarla. Si el niño aprende a perder, no verá esta derrota como algo personal o como una falta de capacidades. Considerará simplemente que es algo normal y que no siempre se puede ganar. Al no afectar esto a su autoestima, acabará reforzándola.

Dejar perder al niño, aunque no lo creas, hará que el pequeño mejore sus habilidades sociales. Permitirá que sepa participar y jugar con deportividad, así que si pierde, no será motivo de enfado para él.

Además, esto también ayudará al pequeño a centrarse en la actividad que realiza, más que en el propio resultado. Sabrá que perder no es tan importante y por ello disfrutará del proceso.

Es fundamental que en todo momento comprenda el valor que tiene el esfuerzo para que vea que el éxito viene de la mano de este, y no de la suerte.

La importancia del desarrollo de la tolerancia a la frustración

Todo esto le servirá a tu pequeño para que desarrolle una tolerancia a la frustración mucho mayor. Tu hijo será capaz de no sentirse frustrado si consigue ver los obstáculos como desafíos, lo cual le permitirá lidiar mejor con la adversidad sin derrumbarse y salir fortalecido de esta.

Los niños que asumen que perder sí es una opción, también son capaces de aprender a cooperar y ayudar al otro. Saben que ganar no tiene tanta importancia. Así, no serán tan competitivos ni egoístas, evitando posibles problemas en un futuro.

De esta manera, aprender a perder hará que tu hijo tenga una autoimagen más realista, para que así pueda enfrentar los futuros retos de un modo mejor, siendo consciente de sus capacidades, habilidades, potencialidades y limitaciones.

Lo recomendable es que, a partir de los cuatro años de vida del pequeño, sean los propios padres los que traten sin tapujos diferentes conceptos como el de victoria y de derrota de un modo abierto. Cuando tu hijo sea más pequeño, las fábulas y los cuentos pueden ayudarte a introducir unas pequeñas nociones.

Puedes lograr que una derrota se convierta en una victoria para tu pequeño de un modo mucho más sencillo de lo que crees. Para ello, tan sólo tendrás que validar sus sentimientos centrándote en lo positivo. Por ejemplo, dile que aunque haya perdido, no debe sentir pena porque ha disfrutado jugando.

Si enseñas a tu hijo que perder no es algo negativo, sino una ocasión para aprender y volver a intentarlo, le estarás dando una lección que le servirá para toda la vida y, sobre todo, le estarás regalando las oportunidades para crecer que él necesita.

 

el aprendizaje para algunos niños al momento de querer seguir instrucciones puede ser desafiante, si deseas saber algunos consejos de como mejorar sus procesos atencionales HAZ CLICK AQUI.

Fuente: 
http://www.jardininfantilkidstown.com/blog/ensenarle-a-tu-hijo-a-perder-lo-ayudas-a-crecer/

6 ideas para ayudar a hablar a tu niño de 1 a 3 años

A muchos niños les encanta hablar, incluso a los que dicen solo pocas palabras. Para los pequeños, hablar no es solo divertido, sino que también les ayuda a desarrollar sus habilidades comunicativas. ¿Cómo puedes motivar a tu niño para que converse contigo y mantenga su interés? A continuación te brindamos seis consejos.

1. Habla con tu niño sobre las actividades diarias

Para un niño pequeño, cada día es una aventura. Aprovecha cualquier actividad que hagas con tu hijo para hablar sobre ello (ir al supermercado, a lavar el auto o a la tintorería). Anímalo a que te haga preguntas sobre cualquier duda que tenga. 

Antes de acostarlo por la noche, hablen sobre lo que hicieron durante el día. Si las respuestas de tu pequeño son súper cortitas (de dos palabras, por ejemplo), trata de hacerle preguntas específicas para que te ofrezca más detalles. 

Digamos que tu niño te contó que fue al parque. Motívalo para que te diga más, con preguntas como las siguientes: “¿Quién te llevó al parque?”, “¿Con quién jugaste?”, “¿Qué juego te gustó más?”. 
 

 

Al pensar en tus preguntas, procura que las respuestas vayan más allá de un sí o un no. Recordar y hablar sobre lo que ocurrió en el día, puede ser muy útil para los padres cuyos niños van a un centro de cuidado infantil. Eso les ayuda a estar al día de las actividades de sus hijos.

2. Haz una pausa mientras le lees a tu niño

Después de leer cien veces el libro favorito de tu niño, no te sorprenda que se lo sepa de memoria. Una manera de motivarlo para que practique sus habilidades verbales en constante desarrollo, es hacer una pausa en diferentes partes de sus libros favoritos para dejar que él complete la oración. 

Si tu pequeño necesita una ayuda, dale alguna clave o pista. Si le dices la palabra que falta, pídele que la repita después de escucharla. Eso le permitirá practicar la pronunciación de palabras nuevas.

3. Diviértanse con juegos de palabras

Hablar será muchísimo más divertido para tu niño cuando se convierta en un juego. Cuando estés en cualquier lugar (un café, el aeropuerto, el supermercado, etc.) jueguen a descubrir cosas (pregúntense el uno al otro “¿Qué es esto?”). Señala todo tipo de objetos y pídele a tu niño que diga el nombre correcto. Para que no se frustre, empieza con un par de cosas que ya conoce (un carro, un gato o una manzana, por ejemplo). 
 

 

Luego, de vez en cuando, apunta hacia algún objeto que es nuevo para él. Si no sabe la palabra, dísela al oído y déjalo que la repita en voz alta. Descríbele el objeto y explícale cómo funciona. (“Esto se llama paraguas y lo usamos sobre nuestras cabezas cuando llueve para no mojarnos”). 

A los niños más grandecitos les gustan los juegos un poco más difíciles. Uno que puedes probar es preguntarle a tu hijo “¿Qué pasa después?”. Empieza a contarle un cuento, y cuando estés en lo más emocionante de la historia, pídele que describa lo que ocurre después. 

Si tu niño aún no cuenta con las habilidades verbales como para darte muchos detalles sobre el relato, le puedes hacer algunas preguntas clave para ayudarle. Por ejemplo, “¿Crees que el perrito se escapó?” Una vez que decidan cómo va la historia, puedes preguntarle más cosas como “¿Dónde crees que encontrarán al perrito?” o “¿Quién lo encontrará?”.

4. Motiva a tu niño a hablar por teléfono

La mayoría de los niños desarrolla una fascinación por los teléfonos mucho antes de que puedan decir una palabra. Eso te puede ayudar a animar a tu niño a hablar. Cuando recibas llamadas de tu familia o tus amigos, pásale el teléfono a tu niño por un ratito. 

Trata de no hacer videollamadas para que tu hijo no utilice pistas visuales que lo ayuden a comunicarse. Eso lo forzará a pulir su pronunciación. Si notas que empieza a frustrarse, es recomendable que le ayudes a expresar lo que quiere decir. 

Ponte de acuerdo con la persona que está en la otra línea de antemano. Pídele que le haga a tu niño preguntas sencillas. Si tu niño no las contesta, dale una ayudadita. Algunas ideas: “¿Puedes decirle a tu abuela qué comiste esta mañana?” o “¿Con qué juguetes jugaste hoy en el parque?”.

5. Incluye a tu niño en la conversación

No asumas que a los pequeños no les interesan las conversaciones de los adultos. Tu niño comprende más de lo que piensas. 

Si tú y tu pareja hablan sobre el color que pintarán la cocina, por ejemplo, hazle preguntas a tu niño al respecto (“¿De qué color es la pared de la cocina?” o “¿Qué color te gustaría para pintar las paredes de la cocina?”). Aunque es poco probable que termines pintando las paredes del color favorito de tu niño (un rojo brillante), es bueno que brinde su opinión.

6. Graba a tu niño en video

A la mayoría de los niños les encanta que los filmen. Avísale que lo estás grabando para ver cómo reacciona. Algunos niños empezarán su espectáculo de inmediato, mientras que otros necesitarán que los orienten un poco sobre qué hacer frente a la cámara. Si tu niño tiene una canción favorita, pídele que la cante. 

Hazle una serie de preguntas como si estuvieran en un programa de televisión. Para mantener su interés, enséñale pronto su video. Una vez que se vea y escuche a sí mismo, estará emocionado de ser el protagonista de más “películas”.

 

esto y muchas cosas mas puedes hacer y aprender... si necesitas mas asesoramiento para potencializar el hablar de tu chiquito, contactanos!!

Fuente: 
https://espanol.babycenter.com/a2600388/6-ideas-para-ayudar-a-hablar-a-tu-ni%C3%B1o-de-1-a-3-a%C3%B1os

Hábitos para que los niños duerman bien

El sueño es imprescindible para la vida; dormir bien trae tranquilidad y aumenta las energías del cuerpo después de un día agotador; ayuda al buen funcionamiento del organismo y facilita la adquisición de nuevos aprendizajes. El mal hábito del sueño imposibilita al niño fijar su atención y concentración, lo cual  trae consigo irritabilidad, agresión, y poca disposición a los hábitos escolares.

Según investigaciones recientes del Dr. Quach, junto a sus colegas de investigación de Murdoch Childrens Research Institute y la universidad de Nueva Inglaterra, se evaluaron 3600 niños en Australia. Los estudios  analizaron los estilos de vida y los patrones de sueño de los niños menores de 9 años. Los resultados demostraron según sus padres y madres que los niños que se iban a la cama temprano habían mejorado su salud mental y emocional; mucho más de lo que informaban el otro grupo control de niños que se iban a la cama después de las 20hs

Todo esto demuestra que los hábitos del sueño son la base para adquirir una vida saludable, y que los patrones aprendidos por nuestros hijos, los llevarán a ser niños sanos física y mentalmente.

5 Maneras de crear hábitos de sueño a nuestros niños

  • No le acuestes muy tarde

    Acuéstalo temprano todos los días y a la misma hora siempre. Léele un cuento que lo lleve a imaginar, nunca lo duermas viendo la tele, esto le causará inquietud en el momento de dormir y tardará más en quedarse dormido.  Hazle la rutina de ciertas actividades de manera repetida, tales como hacer que tome el baño, se ponga el pijama y zapatillas, lave sus dientes, hacer pis… esto proporcionará al niño comodidad y seguridad.

  • Despierta hijo, despierta

    Levántalo temprano todos los días. El tener el hábito de levantarse a las primeras horas le proporcionará mayor cansancio y agotamiento en el día, lo cual le ayudará a quedarse dormido a la hora indicada.

  • Crea un clima de confort en la habitación, para un dormir relajado

    Evita las distracciones sonoras como el ruido y la luz incandescente. Para los niños que no les gusta la oscuridad se le puede dejar encendida una lámpara con luz tenue que le permita dormir. También toma en cuenta la cama dónde duerme el niño, pues las sábanas y cobijas para su descanso deben ser suaves y livianas.

  • Acompáñalo mientras se duerme, así le brindarás seguridad

    Dormir al niño a la misma hora en compañía de los padres, le brinda seguridad y tranquilidad. Abrázalo, dale un beso de buenas noches, ora con él, háblale suave, cuéntale un cuento. Mientras los niños se sientan protegidos van a tomar un descanso relajado y tranquilo.

  • Que nunca falte la siesta

    Los niños pequeños, durante el día, deben tomar su siesta y hacerlas rutina. Para que los niños hagan su rutina debemos hacer el hábito igual como si se durmiera de noche. Puede que el niño se resista a dormir, sin embargo, hay que hacer poco a poco su hábito sobre todo en niños de edad preescolar. Si el niño se resiste, igual hay que llevarlo a la habitación y no importa si el niño se queda jugando en los primeros intentos, lo importante es ir haciéndolo habitual.

Los niños, aprenden los hábitos rápidamente, y el cambio de conducta también se hace notable, cuando el niño se siente con energía, saludable, alegre responderá de manera segura y se abrirán los canales sensoperceptivos  para el aprendizaje. ¡Manos a la obra!

 

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Fuente: 
https://blog.bosquedefantasias.com/crianza/habitos-ninos-duerman-bien

Las mejores 4 estrategias para facilitar el aprendizaje de los niños.

El aprendizaje en la primaria se centra en proporcionarle a los niños herramientas y habilidades que les permitan más adelante convertirse en estudiantes autónomos; de forma que  esté en condiciones de adquirir conocimientos avanzados en el bachillerato. Para contribuir con esa formación, los papás pueden adoptar los siguiente estrategias que facilitarán el aprendizaje de los niño

Dormir y comer bien

Quizás es la estrategia más importante de todas; los niños necesitan tener cubiertas sus necesidades de alimentación y de sueño. Si los niños no duermen bien van a estar cansados en clase y si toman un desayuno ligero no van a tener la suficiente energía para afrontar el inicio de la jornada escolar. En promedio los niños de 5 a 12 años deben dormir entre 11 y 9 horas diarias; y comer 5 veces al día.

Una hora especifica de estudio en casa 

Es indispensable establecer rutinas para los niños; lo anterior facilitará el hábito de estudio. Es recomendable que los niños tengan una hora fija todos los días para esta labor. Se debe disponer de un ambiente apropiado, tranquilo, sin televisor, iluminado para esta actividad.

Las matemáticas son muy importantes para los niños

Es fundamental mostrar a los niños como las matemáticas aportan herramientas y son la base operativa para la mayoría de las carreras profesionales; una forma sencilla de entenderlas es mostrando ejemplos cotidianos y de la vida real . Esta materia ayuda a los niños a pensar, analizar, razonar y prever consecuencias de una manera lógica. El hecho mismo de que los niños de hoy sean consumistas hace que necesiten del cálculo.

Conocimiento del entorno 

Los niños necesitan aprender conocimientos útiles sobre historia, geografía, ciencias naturales; esto le permitirá abrir la mente del niño a la complejidad del mundo y a nuevas situaciones de aprendizaje como el barrio, la ciudad, la naturaleza, los museos, situandolo mejor frente a todo lo que lo rodea. Es beneficioso para los niños, a parte de la labor del colegio; que se le faciliten oportunidades de ampliar sus horizontes a través de contacto con espectáculos, viajes, visitas a museos, salidas en grupos, excursiones. Las familias muy cerradas limitan las posibilidades del niño.

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