Esté alerta frente a la falta de sueño y la hiperactividad de su hijo.
Los expertos sostienen que los niños que no duermen lo suficiente son pequeños que requieren atención médica con mayor frecuencia, y que dicha deficiencia en el dormir tiene que ver, en gran parte, con malos hábitos de higiene del sueño.
Algunas acciones que entorpecen el ritmo de sueño son, por ejemplo, “cuando las madres suelen despertar a sus hijos ya sea para comer, o porque les parece que el bebé duerme demasiado y se angustian por esto, o porque interpretan los gestos de la cara, que ocurren durante el sueño MOR (una de las cinco fases del sueño, aquella cuando los ojos se mueven rápidamente y se está soñando), como signo de que al niño le está pasando algo, y entonces de esta forma desarrollan un condicionamiento para que el bebé altere su sueño. Ahora bien, si se le estimula con juego, el niño conciliará mejor el sueño y este se mantendrá de forma natural”, dice el doctor Franklin Escobar.
En el caso de que el bebé tenga dificultad para quedarse dormido o se despierte con frecuencia y no vuelva a dormirse o si respira con dificultad o con la boca abierta, es probable que tenga algún trastorno primario del sueño, como una apnea del sueño, caracterizada por paradas frecuentes de la respiración mientras se duerme. “Si esto sucede, hay que consultar con el pediatra. De igual forma, ante la presencia de movimientos anormales al dormir, los cuales son signos de alarma”, añade el docente.
Además, tanto los niños como los adultos pueden tener dificultad para dormir cuando están muy contentos con la actividad que realizan, o por estrés debido a horarios irregulares. También, por hiperactividad, problemas familiares, miedos infantiles o ansiedad frente a situaciones de conflicto como una separación.