Recomendaciones importantes para estimular el lenguaje en su niño

El lenguaje oral y la lectoescritura

El lenguaje oral es el resultado de la interacción social del individuo con sus semejantes. Este proceso se inicia, desde el momento en que el bebé entra en contacto con sus cuidadores primarios y recibe los primeros gestos, sonrisas, caricias y palabras.

El pequeño escucha, recibe los estímulos y empieza a reaccionar ante ellos con movimientos corporales, sonrisas, llantos, gorjeos, etc. Así, comienzan los primeros intercambios comunicativos entre el bebé y el adulto que está cuidándolo.

En este sentido, es muy importante que el niño encuentre respuestas y se sienta escuchado y atendido. Así continuará comunicándose y manifestará sus deseos a quienes lo rodean, es durante los primeros cinco años de vida, en donde el niño desarrollará un lenguaje oral importante y cada vez más complejo.

Durante el primer año desarrolla su vocabulario, comprende el significado de las palabras y utiliza algunas de ellas. Acercándose a los dos años, antes o después, se produce en los pequeños lo que se conoce como una “explosión lingüística”. Es decir, que a partir de ese momento su vocabulario crece de manera precipitada; usa cada vez más palabras y las combina formando pequeñas frases. Igualmente es notorio que los niños comprenden muchas más palabras de las que usan.

Entonces, la adquisición del lenguaje, que puede parecer una actividad sencilla y casi espontánea, resulta ser un acto complejo. En él intervienen diferentes habilidades cognitivas y lingüísticas que no solo dependen del potencial genético que trae el niño consigo sino, también y de manera importante, del entorno que los rodea.

En este sentido, las primeras experiencias comunicativas y la presencia de un ambiente estimulante serán cruciales para el desarrollo del lenguaje en la primera infancia. Así, un niño que crece en un medio rico y motivador para el aprendizaje, en el que se usa el lenguaje de forma correcta y de manera natural, tendrá mejores oportunidades para aprender a organizar y expresar sus pensamientos e ideas. Recordemos que “(…) desde el punto de vista individual [la lengua] es un instrumento de codificación del pensamiento, que permite organizarlo ayudando a la reflexión y a la conceptualización” (1)

Igualmente, cabe resaltar que el uso del lenguaje oral proporciona la capacidad de simbolizar. Le brinda oportunidades para desarrollar nuevos y diferentes esquemas mentales que le permitirán interpretar y comprender el mundo que lo rodea. Asimismo, el lenguaje será el medio que utilice para describir acontecimientos, sensaciones, ideas y emociones que posibilitarán su interacción social y la satisfacción de sus necesidades.

Si el niño no encuentra los medios necesarios para expresarse o para comprender a los demás (trastorno de lenguaje o retraso en su adquisición), probablemente presente algunas dificultades de interacción con quienes lo rodean, problemas emocionales o en la regulación de su conducta.

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Por otro lado, el dominio del lenguaje oral, será un cimiento valioso en el aprendizaje de la lengua escrita. Las diferentes habilidades cognitivas, auditivas y visuales empleadas para su adquisición, son también imprescindibles para el aprendizaje de la lectoescritura. Así, encontramos que el lenguaje oral y lectoescritura, están estrechamente ligados; además, ambos constituyen el medio a través del cual se facilitará el aprendizaje.

¿Cómo saber si mi hijo tiene problemas de lenguaje? (2)

Se pueden diferenciar dos clases de lenguaje: comprensivo y expresivo. El primero se define por la capacidad de entender los mensajes; el segundo, por la vocalización de palabras. Los niños comprenden más de lo que expresan; por eso, es importante ser prudentes y no preocuparse si el lenguaje expresivo demora en florecer, siempre y cuando el niño no tenga una dificultad de nacimiento, de desarrollo o articulatorio. Si al cumplir el segundo año el niño se expresa verbalmente con pocas palabras, es conveniente consultar con el pediatra y visitar a un terapeuta del lenguaje.

Además, es común que las niñas maduren a un ritmo más acelerado que los niños y el lenguaje no es la excepción.

Fuente: Guía para padres de El Comercio

Es frecuente encontrar que los niños que presentan dificultades en el lenguaje oral (de articulación, sustitución, omisión, retraso del lenguaje o pobreza de vocabulario), sean niños que manifiestan también problemas al momento de enfrentarse a la lectoescritura. En esa línea, es fundamental la detección e intervención temprana para evitar posibles retrasos o dificultades futuras en el proceso de adquisición de la lectoescritura.

Algunas señales de alerta en el desarrollo del lenguaje oral:

  • Dificultades en la pronunciación de algunos fonemas a partir de los tres años
  • Habla ininteligible a los dos años
  • Dificultades de comprensión de órdenes sencillas
  • Problemas para responder lo que se le pregunta
  • Vocabulario restringido
  • Incapacidad para expresar sus deseos y necesidades
  • Utilización tardía del lenguaje oral para comunicarse
  • Falta de interés en la narración de historias o cuentos
  • Problemas para estructurar frases cortas

Recomendaciones para estimular el lenguaje en los niños son:

1. Atender la intención comunicativa del bebé y prestar atención a la comunicación pre verbal, es decir, balbuceos, sonidos, gorjeos, etc. Imitarlos y responder a ellos.

2. Hablar con los niños todo el tiempo, aunque parezca que aún son pequeños y no nos entienden. Una forma de hacerlo es describir lo que estamos haciendo cuando estamos con ellos; por ejemplo, al preparar los alimentos, al momento de cambiarlo, bañarlo, vestirlo, etc.

3. Al hablarles, hacerlo siempre usando un lenguaje natural, utilizar frases completas y evitar hablar como “bebé”; recordar que ellos aprenden por imitación y que están aprendiendo a estructurar correctamente el lenguaje.

4. Ayudarlos a poner nombre a sus sentimientos, cuando lloren o se quejen por alguna necesidad, explicarles que lo que pueden estar sintiendo es hambre, frío, aburrimiento, etc. Igualmente cuando se sientan eufóricos, alegres o se rían.

5. Ampliar su vocabulario nombrando los diferentes objetos que se utilizan en casa, los alimentos que come, sus juguetes, ropa, al jugar con ellos, etc.

6. Evitar corregir cuando han pronunciado mal, es mejor repetir la palabra, modelando la forma correcta de decirla.

7. Prestar oídos y tiempo cuando están tratando de contarnos algo, es básico no interrumpirlos y darles el tiempo necesario para que puedan organizar sus ideas y encontrar las palabras para expresarse.

8. Leer cuentos, cantar canciones, repetir trabalenguas y jugar con los sonidos de las palabras, además de divertido, será muy estimulante para los pequeños.

El primer contacto que el niño tiene con el mundo será su familia, por lo tanto serán ellos sus primeros modelos y maestros. Un entorno cálido, afectuoso y positivo, favorecerá su sano crecimiento y adecuado desarrollo.

 

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Fuente: 
https://educando.pe/2015/10/19/trener-lenguaje-desarrollo-ninos/