
Muchas veces resulta difícil para los padres, poder destinar un momento del día a jugar con sus hijos. Vuelven a casa de sus trabajos y están agotados o estresados, tienen que atender las obligaciones de la casa o se encuentran abrumados por sus problemas.
El tiempo de jugar con sus hijos casi nunca llega y, cuando lo hacen, están pensando en otra cosa o lo realizan con desgano.
Es importante que, como papás, comprendamos la importancia que el juego tiene para nuestros hijos. Y, a su vez, cuan necesario y enriquecedor es el juego entre padres e hijos.
Un informe publicado por la Academia Americana de Pediatría (AAP) destaca que el juego permite a los niños expresar su creatividad y desarrollar su imaginación, su destreza manual y sus aptitudes físicas, cognitivas y emocionales, por lo que es importante para el desarrollo saludable del cerebro.
Asimismo, el juego entre varias personas, permite al niño comenzar a socializar, salir de “sí mismo” para entender que hay otros con quienes debe compartir y a quienes debe respetar.
El juego es esencial sobre todo en las primeras etapas del desarrollo (hasta los 3 años aproximadamente), ya que cuando los pequeños juegan ejercitan sus sentidos, agilizan el movimiento de pies y manos, y fortalecen su capacidad mental.
Ahora bien: ¿Por qué es importante compartir el juego con nuestros hijos?
· Porque se generan y potencian los vínculos de amor entre padres e hijos.
· Porque los niños sienten que se les presta atención y dedicación.
· Porque modela relaciones saludables con los “otros”: el niño aprende a compartir, a negociar, a hacer valer sus derechos y a resolver conflictos.
· Porque es una oportunidad para ambos de interactuar demostrándose mutuamente cariño y afecto.
· Porque es, asimismo, una oportunidad de educar. Mediante el juego podemos enseñar rutinas, transmitir conocimientos o inculcar valores.
En síntesis, jugar con nuestros hijos es un momento tan especial como enriquecedor e importante para ambos.
Hacernos un ratito de tiempo por día para compartir esta actividad con ellos nos enriquecerá, sobre todo, si la hacemos con alegría, paciencia, dedicación y mucho amor.