
"Para aprenderlas debe haber motivación y en esto influyen la familia y el docente. Hay que hacerlas ver como una herramienta para transformar la vida", explica el cubano José Luis Lissabet, doctor en Ciencias Pedagógicas y profesor del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (Iplac).
Este experto vino a Bogotá, invitado por la Secretaría Distrital de Educación, para hablar de didáctica y evaluación de las matemáticas.
Lissabet afirma que es necesario hacer un diagnóstico integral de los niños para conocer su entorno familiar y social, así como estudiar su manera de aprender, sus habilidades y sus debilidades con los conceptos matemáticos para así ayudarlos a tener éxito con los números.
¿Cómo enamorar a los niños de las matemáticas?
Para aprenderlas deben estar motivados y en esto influyen la familia, el docente y el entorno escolar. Si seguimos diciéndoles que son difíciles, complejas y abstractas, estamos contribuyendo a que se desinteresen por ellas. Hay que eliminar esos preconceptos y explicarles a los niños que las matemáticas son una herramienta para transformar la realidad. Mostrarles para qué les sirven esos conceptos, procedimientos y proposiciones matemáticas en su vida personal y familiar.
¿Cómo enseñarlas, entonces, de forma amena?
Hay varias enfoques de enseñanza, y uno de ellos es por proyectos, que pueden ser dentro del aula o institucionales. El niño se plantea un problema (económico, industrial, del medio ambiente o de la ingeniería) y para resolverlo construye conocimiento incorporando conceptos como cantidad, área, perímetro, longitud y volumen. Lo hace sin decirse que es un problema matemático, sino social.